Nueva Reforma Tributaria

Frank Sauerbaum
Diputado por Ñuble

Nueva Reforma Tributaria

El ministro Marcel comprometió presentar un nuevo proyecto de ley (PdL) de reforma tributaria una vez terminada la tramitación de la Ley de Presupuestos del 2025. De acuerdo a la autoridad, este PdL se circunscribiría dentro de los siguientes límites: solo consideraría ajustes al impuesto a la renta; sería una propuesta fiscalmente neutra; y su objetivo sería incentivar la inversión. 

El que una reforma tributaria sea fiscalmente neutra no debe leerse como que es inocua en términos de sus efectos a la economía. Es indiscutible que los tributos pueden generar efectos negativos en distintos sectores de la economía: en las personas (en su calidad de consumidor o trabajador), en las empresas (en su capacidad productiva) y en el mismo Estado (en su capacidad recaudatoria). 

La misma OCDE estima que el impacto en el crecimiento depende del tipo de gravamen: los impuestos corporativos serían los que generan mayor impacto negativo, seguidos por los impuestos a los ingresos personales, a los impuestos al consumo y, finalmente, a la propiedad. 

Este ranking radica en el hecho que primero habría que generar riqueza para que luego ésta sea consumida, por lo que aquellos impuestos que afectan la capacidad de generar riqueza en la economía (como al capital o trabajo) son los que más impactan en su creación. En este contexto, algunos de los elementos ya conocidos del PdL generarían efectos indeseados, los cuales se deben tomar en cuenta, especialmente en el contexto de estancamiento económico que hemos experimentado en la última década y que posiblemente sigamos padeciendo también en los próximos años. 

En particular, la reducción de la carga tributara de la empresa desde 27% a 25%, aunque va en la dirección correcta, favorecerá débilmente el crecimiento. Esta reducción es insuficiente en el contexto internacional, donde las empresas de los países desarrollados de la OCDE enfrentan una tasa promedio de IdPC de 23%2 , lo que se genera una recaudación promedio de 3,0% del PIB, inferior al 4,7% del PIB recaudado en Chile (2018). Por otro lado, la rebaja de IdPC sería insuficiente si tomamos en cuenta las conclusiones de la Comisión Marfán, la cual estimó que el aumento del impuesto corporativo desde el 15% en el 2000 al 27% actual (+12 puntos) habría costado casi 8 puntos porcentuales de menor PIB. 

Por tanto, una reducción de solo 2 puntos del impuesto se podría considerar un ajuste exiguo. Adicionalmente, la aplicación de las tasas únicas de 16% y 4% a la distribución de dividendos rebajaría la carga tributaria para aquellos contribuyentes de ingresos altos desde 44,45% a 39,5%, pero aumentaría la carga para aquellos contribuyentes que actualmente enfrentan una tasa de IGC menor al 20%, ya que no recibe devolución del impuesto de primera categoría (IdPC), afectando negativamente la progresividad del sistema. 

En tanto, la desintegración del sistema, estableciendo un sistema dual para el caso de las grandes empresas, genera varios inconvenientes. En primer lugar, es un desincentivo para que las Pyme crezcan dados los elevados costos asociados al cambio de régimen de tributación. Por lo tanto, su implementación terminaría incentivando a dichas empresas a la división o a la informalidad cuando se acercan al umbral. 

Esto se agrava con la propuesta de aplicar sistemas tributarios simplificados para las Pymes. Nuevamente el Gobierno está buscando tramitar un proyecto de ley de reforma tributaria. El compromiso esta vez es de una reforma fiscalmente neutra, que debiera afectar sólo al impuesto a la renta y que incentive la inversión. 

 No se conoce aun el proyecto completo, pero del contenido que ya ha trascendido a la prensa se puede concluir que la neutralidad fiscal no quiere decir que no tenga efectos indeseables en la economía. Estos son especialmente perjudiciales si se considera que la economía ya lleva más de una década estancada y se augura que lo seguirá estando por otra década más. 

En este contexto, la invitación es a no avanzar en esta (u otra) propuesta antes de agotar distintas opciones de generación de recursos que sí son beneficiosas para la economía. 


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