La caída de la "grandeur": Cómo el robo del Louvre y la crisis política han "dañado" la imagen de Francia

La caída de la "grandeur": Cómo el robo del Louvre y la crisis política han "dañado" la imagen de Francia

El robo de joyas en el museo Louvre, la crisis política y la preocupante situación financiera agudiza cada vez más la caída de la grandeur (grandeza) francesa, y es que son varios los que apuntan a un daño a la imagen del país europeo durante los últimos años.

En concreto, la idea de la grandeur se forjó durante el Antiguo Régimen, especialmente bajo el reinado de Luis XIV entre los años 1643 y 1715, cuando Francia se posicionó como primera potencia europea en los planos militar y cultural.

El concepto se transformó con la Revolución Francesa en 1789. Con este episodio, la grandeur deja de fundarse exclusivamente en el poder del Estado y comienza a basarse también en la proyección de valores universales del movimiento: la libertad, la igualdad y la fraternidad.

Fue en el siglo XX con la llegada de Charles de Gaulle a la presidencia que la grandeur sufre otra transformación: se pone el foco en la capacidad para mantener su independencia ante otras naciones -por ello rechaza la subordinación ante EE.UU. o la OTAN-, y mantener una diplomacia global.

Todas estas visiones conforman la grandeur contemporánea bajo el mandato de Macron: Francia busca posicionarse como nación líder en Europa, mantiene un papel activo en diplomacia mundial, se defiende la soberanía nacional, y se promueve su cultura e idioma.

Todo esto se vio reflejado en 2024, cuando el país albergó los Juegos Olímpicos con sede en París. Tras el cierre del certamen, el presidente francés, Emmanuel Macron, destacó que "lo que hemos vivido durante dos semanas en un país donde hemos visto que algo había cambiado. Esta es el verdadera cara de Francia (...) ha sido un éxito extraordinario que ha conquistado el país", pese a la profunda crisis política.

Pero, ¿qué factores han agudizado la idea de grandeur francesa los últimos años?

El robo del Louvre

El Louvre, uno de los mayores museos del mundo, tuvo que cerrar sus puertas el domingo tras el robo de varias joyas de valor incalculable. El ministro de Justicia francés, Gérald Darmanin, reconoció en conversación con radio France Inter que "lo que es seguro es que hemos fallado", además de asegurar que el hecho proyecta "una imagen muy negativa" del país.

Según consignó EFE, Darmanin explicó que los ladrones fueron "capaces de colocar un montacargas" en la vía pública, "de hacer subir a gente en unos minutos para extraer joyas de valor inestimable y de dar una imagen deplorable de Francia".

Entre los objetos robados, todos del siglo XIX, figuran el collar del conjunto de zafiros de la reina María Amelia y la reina Hortensia, compuesto por ocho zafiros y 631 diamantes, según la página web del Louvre.

El asalto del domingo reavivó un debate por la seguridad en los museos en Francia tras una seguidilla de robos: en septiembre delincuentes irrumpieron en el Museo de Historia Natural de París y robaron muestras de oro valoradas en 700.000 dólares; ese mismo mes, ladrones robaron dos platos y un jarrón de un museo en la ciudad central de Limoges, con pérdidas estimadas en 7,6 millones de dólares.

Tras la situación, desde la oposición emplazaron al Gobierno de Macron. Jordan Bardella, líder del partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN), cuestionó en redes sociales "¿hasta dónde llegará la desintegración del Estado?", además de asegurar que se trata de "una humillación insoportable" para Francia.

Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, prometió en la red social X que se recuperarán "las obras y los autores serán llevados ante la justicia".

La dimisión de Lecornu

No han sido días fáciles para Macron. El lunes 6 de octubre Sébastien Lecornu, el cuarto primer ministro de su actual mandato, presentó su renuncia al cargo a tan solo 27 días de haber asumido.

Macron reunió el viernes 10 en el Palacio del Elíseo a los grupos moderados para abordar la situación. Al término del encuentro, el presidente aseguró que existían "opciones de consenso político" y optó por mantener a su fiel colaborador Lecornu al frente del Ejecutivo, nombrándolo nuevamente para el puesto.

La verdad es que la renuncia de Lecornu puso a Macron en una encrucijada, ya que dio cuenta del bloqueo y las pocas alternativas en un momento crítico para Francia.

El hecho de que uno de sus más fieles macronistas presentara su renuncia tras considerar que "no se daban las condiciones" para seguir en el cargo y que debiera restituirlo tras no encontrar otro nombre que ocupara el puesto, dio cuenta de la soledad del jefe del Estado, agudizando la crisis.

Crisis política y baja popularidad de Macron

La baja en la popularidad de Macron no es novedad, pues desde 2024 ha sufrido una baja sostenida. De acuerdo al último sondeo de Ipsos publicado en el medio La Tribune Dimanche, tras la renuncia de Lecornu el índice de popularidad de Emmanuel Macron se mantiene bajo, con un 19%.

En Francia han calificado como "un callejón sin salida" la crisis política que vive el país: desde julio de 2024 que la incertidumbre ha reinado, ya que en esa fecha Macron disolvió la Asamblea Nacional para celebrar elecciones legislativas anticipadas.

Las votaciones dejaron un parlamento sin mayorías y fragmentado en tres bloques: izquierda, centro derecha y ultraderecha.

Desde entonces, el país ha tenido cuatro primeros ministros, que han intentado sacar adelante presupuestos que contemplaban fuertes recortes a la agenda social para reducir el déficit, lo que ha provocado la caída de todos en el intento. A ello se suma que Macron se ha negado en varias ocasiones a dimitir.

Lo anterior ha provocado que la mayoría de la ciudadanía pida que Macron dimita. Según un sondeo de Odoxa-Backbone publicado el pasado lunes, la idea alcanzaba una adhesión de 70%.

Incluso, el ex primer ministro Édouard Philippe, alto cargo de la alianza oficialista y aspirante a la presidencia en 2027, ha afirmado que situación actual no puede durar hasta la próxima presidencial y pidió a Macron dar un paso al costado del Ejecutivo y que anuncie una "presidencial anticipada" justo después.

La crisis ha beneficiado la extrema derecha en las proyecciones de las próximas elecciones presidenciales de 2027. Según la última encuesta de Ipsos, Jordan Bardella y Marine Le Pen, del partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN), encabezan las preferencias con 33%. Les sigue Marion Maréchal, presidenta de Identidad-Libertades y sobrina de Le Pen, con un 24%.

Preocupación por la economía

A los factores de la caída de "grandeur" se suma la preocupación por la economía francesa. La dimisión de Lecornu ocurrió a pocos días de tener que presentar al Consejo de Ministros el presupuesto de la nación para 2026, la prioridad del Ejecutivo ante la elevada deuda pública que alcanza cerca del 115% del PIB, con un nivel de endeudamiento en Europa solo es superado por Grecia e Italia.

Según informó EFE, el déficit presupuestario del año pasado, además, fue el mayor entre los países de la Unión Europea (UE), llegando al 5,8% del PIB y se prevé que el de este año sea de entre 5,4% y 5,6%. Es decir, la deuda seguirá creciendo.

Para mitigar el efecto, el predecesor de Lecornu, François Bayrou, pidió recortes presupuestarios por más de US$50 mil millones para hacer frente a la creciente deuda pública de Francia. Esto, mediante propuestas para recortar el déficit a través de una revisión de programas sociales, en particular del sistema previsional. En el intento, Bayrou perdió el cargo.

La opinión pública no ha tardado en manifestarse por la situación de las arcas fiscales. Según la última encuesta de Ipsos analizó las perspectivas económicas: el 88% de los franceses se muestra pesimista respecto a la situación económica del país y el 67% respecto a la suya propia. En particular, consideran que el poder adquisitivo se deteriorará (78%), al igual que el nivel de deuda pública (77%) y el nivel de impuestos (70%).

La carta clave para mantener el gobierno

Cabe mencionar que Francia enfrenta, como otros países desarrollados, un desafío demográfico marcado por el envejecimiento de su población: cada vez hay menos contribuyentes activos y más beneficiarios de pensiones estatales.

Por ello, en 2023 el gobierno de Macron promulgó una ley que elevaba gradualmente la edad legal de jubilación de 62 a 64 años para quienes nacieron desde 1968 en adelante. Sin embargo, la medida fue altamente criticada y desató el malestar social por el recorte de las ayudas estatales.

Esta ha sido una carta clave para mantener en pie el Gobierno de Macron. El pasado jueves Lecornu debió enfrentar en la Asamblea Nacional dos mociones de censura, una presentada por la izquierda radical Francia Insumisa, y otra por la extrema derecha de la Agrupación Nacional, las que terminó superando tras suspender la emblemática reforma de pensiones de Macron, uno de sus principales legados económicos.

En concreto, para sortear las mociones de censura, el primer ministro anunció que propondrá en noviembre una enmienda a la ley de financiación de la seguridad social para suspender la reforma. Lo anterior comprometió el apoyo de los socialistas para que las mociones fracasaran, consignó el medio El País.

Así, en medio de olas de críticas a su gestión que habrían llevado a un "daño a la imagen del país", se dio una especie de "victoria temporal" para el Gobierno de Macron hasta la discusión del presupuesto 2026, que debe ser zanjado antes del 31 de diciembre.

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