“Tenía una vida, no sé si feliz”: Orietta Grendi, actriz de Amanda del Villar, contó el radical cambio tras irse a Chiloé
“Tenía una vida, no sé si feliz”: Orietta Grendi, actriz de Amanda del Villar, contó el radical cambio tras irse a Chiloé
Orietta Grendi estuvo algunos años alejada de la televisión habiendo hecho el papel de la institutriz Amanda del Villar en distintos realities, desde Granjeras (Canal 13) hasta ¿Volverías con tu ex? (Mega). En abril regresó con Ganar o Servir, aún en pantalla; pero en el intertanto la vida de la actriz se enfrentó a algunos cambios.
En conversación con La Firme de La Cuarta, Orietta repasó lo que fue la separación de su exmarido, Álvaro Yáñez, quien en su momento le “dio la idea de que yo usara el guante como Amanda del Villar”, lo que el que revisa la limpieza de la casona de parte de los participantes.”Bella persona”, dijo sobre él, a pesar de que la vida finalmente los distanció. Acá, su relato:
“Me separé en el 2015 de común un acuerdo, después de muchos años de casada, juntos, 19 años, con una vida más pituca. Después de que tomé la decisión de separarme, fue genial y dije: ‘Ya, chao auto’. Yo me sentía como ‘la señora Jumbo’, en el auto; tenía una vida, no sé si feliz, esa era mi vida. Decidí que además tampoco me iba a quedar viviendo en la casa (matrimonial). Me fui, sin tele, e invité a mis hijos, que eran muy pequeños en ese tiempo, y les dije: ‘Con el papá nos vamos a separar, súper buena onda, así que no hay problema, ustedes decidan con quién se van a quedar; pero si se van conmigo se quedan sin teléfono y sin auto’... Y me eligieron. Y en el 2021 me fui a vivir a Chiloé”.
La actriz también recordó como conoció la isla separada por el canal de Chacao del continente:
“Soy chilota de corazón, de corazón chilote. De hecho, tengo un programa de radio diseñado que se llama Chilote de corazón, de corazón chilote. Conocí Chiloé gracias a un bello novio inglés que tuve, maravilloso. Viajamos a Chiloé, debo haber tenido 21 u 22 años, me enamoré de Chiloé, estuve en una isla que se llama Llingua. Luego, muchos años después, volví por temas de patrimonio, que es mi pasión también, a un seminario que organizaba la Unesco; y conocí a quien es actualmente mi pareja, Víctor Contreras. Cuando le conté la historia del inglés, jajaja, yo que quería llegar a Lliungua, que era mi objetivo… Puedo decir que en este minuto vivo frente a Llingua, ¡y en estos cuatro años no he ido una sola vez! No lo puedo creer”.
La decisión de irse a Chiloé tampoco fue fácil, porque implicó alejarse físicamente de sus hijos:
Mis hijos viven en Santiago, y nos vemos muy poco; es súper raro, pero tenemos una relación tan bonita, bella, que estamos siempre en el momento que queremos, podemos y nos necesitamos. Cuando les planteé la decisión de irme a vivir a Chiloé, les dije: “Miren, la verdad es que aquí en la ciudad soy feliz, pero me quiero ir a Chiloé”, y la respuesta de los dos fue... Ay, me emociona, me pondré a llorar... “Mamá, diste todo por nosotros, nos criaste; mereces ser feliz, tienes derecho”. Todavía ellos no entraban a la universidad, pero me decían: “Vamos a ir a la universidad, cada vez tendremos menos tiempo... ¿Y tú? ¿Tu vida?”. Son, de verdad, lo máximo.
Orietta contó que siempre tuvo como sueño vivir en tierras sureñas, donde puede realizar algunas de sus actividades favoritas:
“Siempre quise vivir en el Sur. Lo que más me gusta es la vida vinculada a la tierra. Yo, Orietta Grendi, el otro día quería publicar en Instagram, y mis hijos me dijeron ¡mamá, por favor, no!’, cuando voy con los quintales de papa; porque siembro las papas que como y las cosecho, y espero que coincida con la Luna ahora que voy a viajar a Chiloé, porque me voy a mariscar”.
¿Qué es lo que tanto le gusta a Orietta de Chiloé, donde vive hace cuatro años?
Si uno pudiera pensar en alguien todoterreno: ¡yo! Con estos zapatos, con estos tacos, camino cuatro o cinco horas y me da lo mismo. Me encanta andar en micro y en metro, me gusta la gente común y corriente; como yo soy común y corriente, me siento cómoda en esos lugares... ¿Entonces qué mejor que Chiloé? Donde uno puede estar, ni siquiera conectado con la Pachamama, ¡simplemente con las cosas sencillas del mundo! Sé que ahora cuando viaje voy a comer milcao, que voy a estar con don Juan y doña María, que es mi familia adoptiva de allá. Vivo allá con la sencillez de lo que, para mí, tiene que ser la vida.
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