¿A quién estaba dedicada “Paramar”? Libro devela inéditas historias sobre el origen de Los Prisioneros, de cara al aniversario número 40 de “La voz de los ’80”

¿A quién estaba dedicada “Paramar”? Libro devela inéditas historias sobre el origen de Los Prisioneros, de cara al aniversario número 40 de “La voz de los ’80”


El libro publicado por Alejandro Tapia bajo el sello de la editorial Club de Fans, explora el origen de la banda de San Miguel y los años de sus primeros dos álbumes: La Voz de los 80 y Pateando Piedras. Con más de 160 relatos, incluidos los de los propios integrantes de la banda, el autor intentó sacudirse de los mitos que giran en torno a Los Prisioneros y reconstruir de la manera más fiel posible el periodo entre 1980 y 1986.

Alejandro Tapia comienza su crónica periodística dedicada al origen de Los Prisioneros narrando el momento en que la banda, conformada por Jorge González, Miguel Tapia y Claudio Narea, decide cambiar su nombre de “Los Vinchukas” (que hacía referencia a The Beatles) al nombre con el que alcanzarían el éxito en Chile.

—Ya, buen nombre. Sí, pongámosle Los Prisioneros —respondieron Narea y González a la propuesta de Tapia.

Antes de eso, pasaron por nombres tentativos como Aborto, Los Ositos de La Pradera y Criminales, pero ninguno los convenció.

A las puertas del aniversario número 40 del lanzamiento de La Voz de los ’80, el álbum debut de la banda de San Miguel, el periodista Alejandro Tapia publicó Ya viene la fuerza, una obra que explora los orígenes de la banda y abarca el periodo entre 1980 y 1986.

Para lograr el trabajo de 400 páginas, publicado bajo la editorial Club de Fans, Alejandro Tapia entrevistó a más de 160 personas y recurrió a material de archivo inédito en su búsqueda por reconstruir los orígenes de la banda, así como la infancia de los integrantes, un trabajo que le tomó cuatro años.

“Contar toda la historia de Los Prisioneros me parecía una tarea imposible, por eso me concentré en una sola etapa. Y a pesar de acotarlo, tiene 400 páginas porque hay mucha información sobre esa etapa”, dice Tapia sobre la decisión de centrarse en los primeros años hasta 1986.

Documentos inédito
El libro se presenta como una narración cronológica de esos años, con saltos temporales a distintas etapas de la carrera de la banda, y más allá de los límites que el autor mismo decidió establecer para su obra.

Por ejemplo, en las primeras páginas de la obra se reconstruye la presentación de Los Prisioneros en el marco del Concierto de Amnistía Internacional, que se llevó a cabo en Mendoza en 1988. Para esa fecha, la banda ya había publicado La Voz de los ’80, Pateando Piedras y La Cultura de la Basura. Tras esa presentación, donde el grupo compartió escenario con Sting, Tracy Chapman, Bruce Springsteen e Inti Illimani, el autor regresa en el tiempo hasta la década de los 60 para contar el origen de las familias de Jorge González.

El autor afirma que uno de los objetivos de Ya viene la fuerza es sacudirse de los mitos que rodean el origen de Los Prisioneros. “Hay hechos que se cuentan de cierta manera, pero no son ciertos o no son exactos”. Para ello, Tapia logró acceder a material de archivo inédito, como la grabación del primer recital de Los Vinchukas en el Liceo 6, el primer contrato de la banda con la productora Fusión de Carlos Fonseca o EMI.

Con esos archivos a la mano, Tapia pudo entender ciertas dinámicas del grupo que hasta entonces eran desconocidas. “Uno puede darse cuenta de por qué había una cierta distancia entre Los Prisioneros y su manager, por ejemplo. Cuando él les compró los instrumentos, quedó pactado que la banda debía devolverle el dinero, y les costó mucho devolvérselo”.

Otro punto acordado fue la puntualidad del grupo. A González le preocupaba que, en la grabación de Pateando Piedras, todos los integrantes cumplieran con los horarios. Esto se debía a que en el contrato estaban estipuladas las horas de grabación y el tiempo que debía tomar el proceso.

160 testimonios
Con el objetivo de evitar los clichés sobre el origen de la banda, Tapia se encontró con algunas dificultades a la hora de armar este rompecabezas. La principal, dice él, fue intentar contactar a personas que no habían hablado hasta ahora, que pertenecían al círculo de Los Prisioneros, como amigos, colaboradores, asistentes y productores que nunca habían sido entrevistados.

“Son personas que no necesariamente tienen redes sociales. Había que contactarlos y convencerlos de que este libro tenía un enfoque distinto a otros trabajos sobre Los Prisioneros, que mi enfoque no era generar polémica o controversia, sino centrarme en una historia más musical”, explica el autor.

Entre los entrevistados por Tapia, están los primeros amores de Jorge González. El autor partió de la pregunta: ¿a quién o a quiénes está dedicada Paramar? Así llegó a la persona por la cual está inspirada, según la visión del cantante. Sin embargo, Claudio Narea tenía otra versión: Jorge se inspiró en la relación que tuvo con la hermana de Narea. Por su parte, una pareja de Miguel Tapia pensó que el baterista le había escrito la canción a ella.

A pesar de que el foco del libro no son los enfrentamientos entre los integrantes, sí hay capítulos que revelan acciones que tuvieron consecuencias a futuro. Una de ellas fue la decisión de Miguel Tapia de inscribir “Los Prisioneros” a su nombre en 1986. En ese momento, a nadie de la banda le pareció extraño, ya que iba en la dirección de proteger el legado del grupo. Sin embargo, con el tiempo, eso tuvo repercusiones en el uso del nombre de la banda.

La decisión del autor de cerrar el libro en 1986, justo antes de que la banda estuviera a punto de presentarse en el Estadio Chile, en una fecha doble para presentar Pateando Piedras, es significativa. Después de eso, se convertirían en la banda más importante del país.

“Después de eso viene la ‘Prisionero Manía’ de 1987. Por eso me pareció buena idea terminarlo ahí”, concluye Tapia.

“No hay tanto libros de Los Prisioneros”
Para resumir musicalmente estos seis años que abarca “Ya viene la fuerza”, el autor propone una canción por álbum. Del álbum debut, considera que “La voz de los 80” es la más representativa, ya que engloba la idea que tenían Los Prisioneros. En esa letra están su irrupción, su rebeldía y su origen. Del período de “Pateando piedras”, el mayor himno de Los Prisioneros es “El baile de los que sobran”.

El libro de Alejandro Tapia se suma a otras obras sobre la vida y obra de la banda. A pesar de lo que podría parecer intuitivo, la bibliografía sobre Los Prisioneros no es extensa, y por eso Tapia espera que se sigan escribiendo libros sobre ellos.

“Yo creo que Los Prisioneros son de esas bandas gigantescas que dan para muchos libros, para hacer distintos tipos de narraciones y enfoques: quizás más sociopolítico, musical o periodístico. Yo mismo me tuve que convencer de que, oye, ¿por qué quieres escribir otro libro sobre Los Prisioneros si ya hay muchos? Y, en realidad, esa es como una idea que existe, pero que es errada. No hay tantos libros sobre Los Prisioneros”, cierra el autor.


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