Frank Sauerbaum
Diputado por Ñuble
Con una participación histórica de 85% a nivel de elecciones locales, la ejemplar doble jornada electoral del pasado sábado 26 y domingo 27 de octubre ha reflejado un nuevo cuadro político que redefine el equilibrio en los pesos relativos entre el gobierno y la oposición.
Los datos, evidencian un claro triunfo de las fuerzas de oposición a costa de las agrupaciones de izquierda identificadas con el oficialismo. Sin ir más lejos, al observar los resultados de la elección de alcaldes, la centro izquierda e izquierda alcanza su peor registro desde la elección de 2004, perdiendo en comparación a la elección de 2021, 40 alcaldías, 5 de ellas capitales regionales, con Santiago como una de las derrotas más simbólicas.
La oposición obtuvo una victoria significativa en las elecciones municipales, superando en número de alcaldías a la izquierda, quien obtuvo el peor resultado en este ámbito en 20 años. Al pasar de 87 en 2021 a 130 alcaldías del sector en 2024, se añade un aumento considerable en su representación de concejales, donde la oposición también logró superar al oficialismo.
En la elección de gobernadores y consejeros regionales, la tendencia es la misma, en términos de un retroceso del oficialismo y un avance de la oposición. En la elección de 2021 sólo un gobernador de centro derecha fue electo y ninguno lo hizo en primera vuelta, mientras que en 2024 la Gobernación de Aysén fue resuelta favorablemente para la centro derecha en primera vuelta, otra que se definirá entre Chile Vamos y Republicanos, y en 10 regiones candidatos de la oposición logran instalarse en el ballotage, lo que proyecta un cuadro con probabilidades ciertas de obtener varios otros triunfos regionales.
La reintroducción del voto obligatorio impactó en la participación electoral, alcanzando un histórico 85% de concurrencia a las urnas. El mandato ciudadano hacia la oposición en el campo de los gobiernos locales pone a la oposición en buen pie para los desafíos electorales del año 2025.
Los ciudadanos claramente privilegiaron temáticas como la seguridad ciudadana y una gestión pública eficiente. Pese al buen resultado y al virtuoso esquema de colaboración entre Chile Vamos y Republicanos a nivel de elecciones de alcaldes, la oposición, que considera además a Socialcristianos y al Centro Democrático, debe mejorar su coordinación estratégica para maximizar su impacto electoral en futuras elecciones nacionales.
El hecho de que de haber competido con un candidato único en todas las regiones podría haber proyectado triunfos en primera vuelta en 11 gobernaciones regionales es un antecedente que se debe considerar para próximos desafíos electorales.
La movilización de cerca de 6 millones de electores que antes no votaban y que de acuerdo con estudios de opinión responden a un perfil político de mayor moderación y pragmatismo, constituyó un factor fundamental en el rebaraje del escenario político local y regional, y da una clara señal para llevar adelante los cambios que Chile necesita en unidad y acuerdos y dejan atrás las posiciones radicales que parecieron prevalecer durante unos años que solo trajeron división, estancamiento social y económico y mayor inseguridad.
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