La rutina del papa Francisco para dormir seis horas diarias sin necesidad de ningún medicamento: “Como un tronco”
La rutina del papa Francisco para dormir seis horas diarias sin necesidad de ningún medicamento: “Como un tronco”
El pontífice dio una entrevista al periodista Nelson Castro en la que hablaba su intimidad y salud mental. La condición era que se publicase tras su muerte.
Con motivo de la muerte del papa Francisco I, ha visto la luz un extracto de una entrevista muy personal del argentino con su compatriota el periodista Nelson Castro. Una charla, grabada en 2019 con motivo de un libro sobre la salud de los papas, que tenía como condición que solo viese la luz una vez hubiese fallecido y en la que habla de aspectos muy íntimos de su vida, como su salud mental o cómo escogió el nombre con el que afrontó el pontificado.
Jorge Bergoglio revela en la entrevista, que fue emitida en Telenoche (Eltrece), que no tiene problemas para dormir. “¿Sueña? ¿Tiene pesadillas?”, le pregunta el periodista: No. A veces sueño cosas lindas, o recuerdos, pero no cosas que me torturen. No soy de soñar mucho, no toda la noche”.
El papa, que ahora descansa para siempre, aseguraba en esta conversación dormir “como un tronco” sin necesidad de ningún medicamento. “A eso de las 21:00 voy a la cama. Leo hasta las 22:00, apago la luz, y a las 4:00 estoy levantado. Me levanto solo. Tengo el despertador, pero me despierto tres minutos antes de que suene. El cerebro tiene un reloj especial”.
Su elección como papa
El papa recordaba también en la entrevista su elección como sumo pontífice: “Me di cuenta de que algo pasaba después de las dos primeras reuniones, en el almuerzo, porque algunos vinieron a hablarme y me preguntaban cosas. Pero dormí la siesta lo mejor. Rezaba el rosario tranquilo. Una paz. Terminada la tercera votación de la tarde, donde ya era evidente que podía pasar, el que tenía al lado, que era el cardenal Hummes, me dijo: ‘No te preocupes, el Espíritu Santo actúa así’. Y apenas salí aplaudían, y cuando se llega a los dos tercios aplauden. Y siguió el escrutinio, y Hummes se me acercó, me besó y me dijo: ‘No te olvides de los pobres’. Y ahí me quedé pensando y me vino San Francisco, el nombre”.
Salud mental
Además, Francisco I confiesa también haber tenido que acudir al psiquiatra: “Durante seis meses, cuando era provincial, que era un momento muy difícil porque estaba…, era el tiempo de la dictadura y todo el problema de rescatar gente, bueno, todo eso que ya se sabe porque es público. Llevar gente escondida y eso... había cosas que no sabía manejar bien. Entonces fui a ver a una señora, una gran mujer. Era psiquiatra y me ayudaba con explicaciones, consejos, o sea, a hondazo limpio me ubicaba. Fueron seis meses que fueron muy muy... Me ayudó muchísimo. La Dra. Rubel. Una gran mujer”.
“En el momento me ayudó a mí para clarificarme ciertas cosas, ciertos miedos que me venían. Claro, imagínese, llevar escondido en el auto atrás a uno tapado con una frazada, y pasar tres controles de Campo de Mayo desde Buenos Aires hasta San Miguel… La tensión era difícil”, agrega.
Sin embargo, sí sabía manejar la ansiedad:
“La tengo bastante domada. Es peligrosísimo dejarse llevar por la ansiedad, o cuando viene el espíritu de la tristeza porque no puede resolver un problema o porque se le murió alguien querido. Tristeza he tenido mucha, sea por situaciones de dolor humano, la muerte de papá y mamá, la familia, o también por tristezas o preocupaciones de momentos difíciles que nos tocó vivir”. Sin embargo, lo que más le afligía era la situación de los niños desfavorecidos: “El dolor ajeno. Los chicos que están muriendo de hambre. En países que podrían solucionar el problema. Los chicos soldados. A mí el problema de los niños me toca mucho. Y también el problema de los ancianos abandonados”.
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