Perú y Chile: dos modelos de éxito agroexportador, pero uno saca ventajas, según nuevas cifras

Perú y Chile: dos modelos de éxito agroexportador, pero uno saca ventajas, según nuevas cifras

El crecimiento de las exportaciones agrícolas desde ambos países ha cambiado el mapa del comercio frutícola internacional. El impulso tecnológico, la infraestructura moderna y la apuesta por nuevos cultivos han transformado la competencia regional, mientras mercados clave como Estados Unidos absorben una oferta diversa y cada vez más sofisticada.

Las agroexportaciones de Perú han superado por primera vez las cifras de Chile, consolidando un giro en el liderazgo sudamericano y dejando en evidencia la evolución de dos estrategias nacionales de éxito, que enfrentan posibilidades y riesgos distintos.

Según informó la consultora Fresh Fruit, entre enero y octubre de 2025, Perú acumuló envíos agrícolas por más de US$11.300 millones, mientras que Chile alcanzó US$10.700 millones, en una carrera que hasta hace unos años parecía tener un solo ganador y que hoy muestra un cambio sin precedentes.

Ambos países construyeron en menos de dos décadas plataformas capaces de transformar regiones enteras gracias al impulso de la agroindustria. Perú y Chile se han consolidado como los mayores exportadores agrícolas del hemisferio sur, con portafolios que mueven miles de millones de dólares cada año.

Durante 2024, las exportaciones agrícolas peruanas se situaron en US$12.300 millones y las chilenas en US$13.100 millones, una brecha mucho menor a la de años pasados.

El impulso peruano ha sido vertiginoso: sus principales rubros —arándano, uva, palta, café y cacao— lideran una canasta que, en palabras de Rony Corvera, director de Fresh Fruit, “muestra un crecimiento sustantivo, porque el tema agrícola se lo han tomado en serio”.

Así, en la última década, el crecimiento anual compuesto de la agroexportación peruana alcanzó 12,4% entre 2021 y 2024, frente al 7,6% registrado por Chile, según la consultora.

Este salto no ha pasado desapercibido. Chile, tradicional puntal de las exportaciones agrícolas en Sudamérica, enfrenta la “amenaza” real de ceder su lugar preeminente; la diferencia que antes separaba a ambos países en ventas internacionales de frutas se ha ido reduciendo drásticamente debido al dinamismo peruano.

De acuerdo con fuentes del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego de Perú (Midagri), “si la carrera incorporara envíos agrícolas en general, Perú destronará a Chile este mismo año 2025”, opinión refrendada por los datos oficiales.

Dos apuestas

La matriz exportadora de cada nación refleja historias exitosas, pero con enfoques distintos. En el caso de Perú, la alta concentración en pocos productos explica su reciente protagonismo internacional.

En 2024, arándano, uva, palta, cacao y café sumaron el 64% del total exportado, llegando al 80% al considerar los diez productos principales. El arándano, con US$2.342 millones ese año, encabeza el portafolio y su crecimiento ha marcado un hito para el agro peruano.

De acuerdo con cifras de Andina, las exportaciones peruanas de arándanos alcanzaron a una tasa promedio anual de 122% entre 2010 y 2024, llegando a un récord de US$2.270 millones en el último año.

El propio Midagri resaltó: “En los siguientes años la tasa de participación fue de un dinamismo inverso, y actualmente la participación de Perú se encuentra en 83% y la de Chile, en 17%”.

La palta y la uva completan el podio peruano. Solo en 2024, el país logró exportar US$1.248 millones en paltas y US$ 1.705 millones en uvas, superando los registros chilenos, que se quedaron en US$292 millones y US$1.341 millones, respectivamente.

Por su parte, Chile se mantuvo fuerte gracias a una oferta centrada en fruta de clima templado y productos elaborados como el vino embotellado. La cereza se ubicó como el producto estrella, con envíos por US$1.847 millones entre enero y octubre de 2025, mientras que la uva de mesa y el vino sumaron US$1.312 millones y US$1.219 millones, respectivamente.

El portafolio chileno es más diverso por especie, aunque su estacionalidad es alta. El grueso de las cerezas sale entre diciembre y febrero. Las manzanas, kiwis y ciruelas mantienen campañas marcadas entre abril y julio. Vino, manzanas, arándanos, ciruelas y frutos secos agregan resiliencia y complementariedad.

Iván Marambio, presidente de Frutas de Chile, explica que el ascenso de Perú “se explica por una combinación de varios factores, entre ellos una potente Ley de Fomento Agrícola, con importantes beneficios tributarios; una infraestructura de riego nacional con aporte estatal; condiciones climáticas subtropicales; y también la inversión y el know how chileno, que han ayudado a desarrollar la industria peruana”.

La batalla de cifras

El crecimiento peruano está sostenido en decisiones estratégicas. La implementación de una Ley de Promoción Agraria, que redujo la tasa del impuesto corporativo al 15%, y un ambicioso plan nacional de irrigación que busca sumar 1 millón de hectáreas nuevas, son algunos de los pilares que permiten proyecciones de hasta US$23.500 millones en agroexportaciones para 2032 y US$37.500 millones para 2040.

En paralelo, el Estado peruano ha promovido la ampliación del aeropuerto internacional de Lima y la construcción de un nuevo megapuerto en Chancay, para robustecer la logística y aprovechar mejor las oportunidades globales.

Las grandes empresas peruanas, entre ellas Camposol, Olam Agro Perú y Machu Picchu Foods, han liderado la inserción en mercados clave y la diversificación de la oferta.

La inclusión masiva de ejecutivos y empresarios chilenos en el desarrollo agroexportador peruano también ha marcado diferencia. “La gente en Perú es muy buena trabajadora, responsable. Y cada empresario chileno que ha llegado, ha sabido arrimarse a su cultura y ha aprendido a trabajar con ellos”, señala Luis Chadwick, presidente de Agrícola San Clemente.

Chile, además de ampliar su cartera —en 2024 despachó 3 millones de toneladas en volumen entre cerezas, manzanas, uvas, arándanos, kiwis y otros —, enfrenta un dilema en la forma de medir la competencia.

Expertos chilenos advierten sobre el sesgo de cifras según lo que cada país considera en sus exportaciones: “Ojo con lo que se compara”. Buena parte de los envíos de Perú incluyen productos procesados, cereales y hortalizas, mientras que Chile contabiliza solo fruta fresca en los rankings internacionales más citados.

Pese a esto, el reconocimiento del salto peruano es unánime. Según Andina, “el dinamismo de las agroexportaciones peruanas habría adelantado en dos años su velocidad de crecimiento para superar a las chilenas a partir del 2025”. Del 2010 al 2024, Perú creció en valor a un ritmo promedio anual de 11%, frente al 6,1% de Chile.

El mercado estadounidense

La relación de Perú con Estados Unidos merece un aparte dentro de este panorama. El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos países fue decisivo para que el mercado estadounidense pasara a ocupar la primera posición como destino, con US$ 3.687 millones en agroexportaciones hacia octubre de 2025, lo que equivale a un tercio del total nacional exportado, según reporta Fresh Fruit.

La estructura de la demanda estadounidense, unida a la estacionalidad de las campañas peruanas, ha permitido que las agroexportaciones a ese mercado crezcan 235% en la última década.

Productos como el arándano (US$861 millones entre enero y octubre de 2025), el café (US$524 millones en el mismo periodo), la uva y la palta sostienen el portafolio en Norteamérica y definen el ciclo exportador nacional. “Solo estos productos sumaron US$2.227 millones, lo que representó un incremento de alrededor del 25% frente al mismo periodo del 2024,” detalla Fresh Fruit.

Este vínculo institucional también se traduce en beneficios laborales. De los 530.000 empleos formales que genera el sector agroexportador peruano, cerca de 473.000 están vinculados a las empresas que exportan a Estados Unidos, de acuerdo a estimaciones de la consultora.

Retos y riesgos

Ambos países comparten desafíos estructurales. Dependen de rutas logísticas hacia mercados exigentes y de marcos regulatorios cada vez más estrictos en sostenibilidad y normas fitosanitarias.

En palabras de un exportador chileno consultado por La Tercera, “si Chile sumara todos los alimentos, frescos, congelados y procesados que exporta, habría superado los US$15mil millones el año pasado”.

A pesar de ello, la competencia peruana ha motivado a Chile a redoblar esfuerzos en innovación, apertura de nuevos mercados y sofisticación productiva.

La especialización de Perú en productos tropicales y subtropicales, como el café, cacao, banano orgánico y diversas pulpas, lo ha convertido en proveedor indispensable de ciertos segmentos del mercado global, mientras que Chile continúa capitalizando su experiencia en cereza, frutos secos y vino.

La competencia da paso a escenarios de colaboración. Carlos Inga, director de Estudios Económicos de Midagri, expresó que “existe una clara intención de los gobiernos y sus empresas de constituir alianzas estratégicas a fin de poder promover y ofertar de manera conjunta productos como la palta, arándano, cítricos o uvas durante todo el año, diluyendo así las limitaciones que trae la oferta estacional en los grandes mercados exigentes en volumen, calidad y precio”.

Sin una conclusión final, los datos confirman que la disputa entre Perú y Chile abre nuevas narrativas para el agro sudamericano, en un ciclo donde la cooperación y la competitividad siguen determinando el ritmo de los mercados internacionales.

Ambos países, convertidos ya en potencias regionales, afrontan la próxima década con el desafío de diversificar destinos, consolidar la innovación logística y mantener la calidad que los llevó a los primeros planos de la agroexportación mundial.

Comentarios